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Editorial… EL BUEN FIN DE LOS COMERCIANTES Y EL MAL FIN DEL CONSUMIDOR

Por tercer año consecutivo se realizó la venta magna del comercio formal del mal llamado “EL BUEN FIN” con ganancias al 100 por ciento, donde los empresarios de las grandes cadenas departamentales se llevaron la gran tajada, mientras que el público consumista engañado por las “extraordinarias” ofertas se endeudo hasta por “18 meses sin intereses”.

“EL BUEN FIN” de los comerciantes resultó fabuloso en esta ocasión. La mercancía “a bajo precio” se fue en un dos por tres. Productos que fueron re etiquetados disque con un costo menor del 30, 40 y 50 por ciento, no fue más que el gancho ilusorio para que la gente creyera en la buena política comercial, sin saber que estaba comprando artículos al precio etiquetado meses atrás.

Un sinnúmero de denuncias en los medios de comunicación electrónicos y redes sociales aparecieron acusando a diversas casas comerciales del fraudulento y tramposo, ya que fueron honestas en bajar realmente los precios de los productos exhibidos y promocionados.

“EL MAL FIN” del consumidor que creyó llevarse artículos bonitos, buenos y baratos, resultó que no fue así.

Nuestros consumistas, mujeres y hombres de igual manera, gastaron lo que no tenían: dinero constante y sonante, capital líquido, efectivo, y no lo tenían porque carecieron de este, sin embargo contaban con varias tarjetas de crédito a las que dieron el uso indebido ¿o debido? Y adquirieron lo que más les agradó sin medir las consecuencias económicas que a futuro enfrentarán.

EL TARJETAZO crediticio se dio por doquier a diestra y siniestra, el plástico se le vio relucir durante los cuatro días (13, 14, 15 y 16 de noviembre) en que duró EL BUEN FIN EMPRESARIAL Y EL MAL FIN DEL CONUMIDOR, quien quedó endeudado por los próximos 18 meses de su vida.

El gobierno alcahueteo por tercera ocasión a sus aliados los empresarios. La Profeco brilló por su ausencia, pues esta dependencia a pesar de las denuncias de re etiquetado jamás actuó en defensa del consumidor.

Hace tres años el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado de México, disque para reactivar la economía adelantó una parte proporcional del aguinaldo y la burocracia tuviera efectivo y pudiera comprar; en efecto los empleados de gobierno hicieron práctico ese dinerito, unos compraron regalos, otros pagaron deudas, la mayoría lo uso para comer. Pero llegó la navidad y el famoso aguinaldo se achico, ya que no lo vieron lucir como años anteriores.

En este año, no hubo adelanto de aguinaldo, no se detuvo la voracidad del comerciante, EL BUEN FIN tuvo un final feliz para clase empresarial y un mal fin para aquellos que tienen empañada hasta la camisa.

   

 

 

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